Chile se posiciona como un líder emergente en la producción de hidrógeno verde, una fuente de energía limpia obtenida mediante la electrólisis del agua utilizando energías renovables como la solar y la eólica. Este proceso permite dividir las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno sin generar emisiones contaminantes, contribuyendo significativamente a la descarbonización y a mejorar el medio ambiente.

El hidrógeno verde tiene utilidades diversas, incluyendo su uso como combustible sostenible en el transporte de autos, buses, trenes, barcos e incluso aviones, almacenamiento de energía para la red eléctrica, calefacción y en procesos industriales como la producción de acero. Además, puede servir como materia prima para generar compuestos como amoníaco verde, utilizado en fertilizantes para la agricultura, y hasta puede sustituir a la gasolina.

Según el Ministerio de Energía, la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, presentada en noviembre de 2020, tiene algunos objetivos clave como producir el hidrógeno verde más barato del mundo para 2030, convertir a Chile en uno de los tres principales exportadores para 2040 y convertirse en el top 1 de inversiones en hidrógeno verde, dentro de Latinoamérica para 2025. Estas metas buscan tomar el gran potencial del país en energías renovables para impulsar un crecimiento económico sostenible y reducir la dependencia de combustibles fósiles importados.

Además, el Ministerio de Energía de Chile evalúa que el hidrógeno verde contribuirá con una reducción de emisiones entre el 25% y 27% al año 2050, si se logra cumplir la meta de la carbono neutralidad 2050.

En este desafío país, el sector privado también se ha organizado y en 2018 se creó la Asociación Chilena del Hidrógeno, H2 Chile, que tiene la misión de “acelerar la adopción de hidrógeno renovable y sus derivados en nuestra sociedad, promoviendo la colaboración publico privada”. Son alrededor de 40 socios profesionales y más de 100 empresas líderes, que ayudan a estimular la concreción de proyectos, creando redes de colaboración nacionales e internacionales, colaborando en la creación de políticas públicas, facilitando la disponibilidad de financiamiento y fomentando el conocimiento y la formación de capital humano.

El hidrógeno verde representa una oportunidad estratégica para Chile, permitiendo al país liderar la transición hacia energías limpias, fortalecer su economía y contribuir de manera efectiva a la mitigación del cambio climático.